Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa-Taller de la Villa Charlote, se ubica en un sitio inusual de la ciudad Presidente Prudente. El terreno, de 7 x 21 metros, dimensión que responde al alto precio de la tierra y lo cual se repite en todos los barrios adyacentes del área.
Además de existir terrenos con menores dimensiones, el sitio ha sufrido un cambio gradual de uso. Su ocupación residencial, ha disipado lentamente la inserción de cobertizos para servicios generales. Los procesos de desertificación y agotamiento originados por estos cambios son las causas principales del desgaste y la inseguridad de los vecinos, hoy en su mayoría, personas de avanzada edad.
Es la conservación de su uso residencial lo que mantiene al barrio como un área urbana, y es este aspecto desde donde se deriva la elección del sitio para este edificio de uso mixto: La inserción de una residencia en una zona centralizada suma fuerzas al intento de mantener la habitabilidad y la ocupación urbana, vitales para el espacio público y la calidad de vida en la ciudad.
El programa se resuelve en 220 metros cuadrados, albergando un taller y una residencia. Un área de 3 metros en la parte frontal cedida al espacio público propicia una pequeña zona de permanencia urbana como una transición entre el espacio público y privado. Una casa sin puertas es una invitación al encuentro en la misma calzada.
En sus lados, el edificio toca ambos límites laterales, resolviendo la iluminación y la ventilación con una abertura cenital que se extiende a lo largo de su eje longitudinal. Un volumen que contiene instalaciones, circulación y servicios hidráulicos, sirve a los dos niveles: en la planta baja, baños y escaleras, y en el piso superior, cocina, servicios y baños. Una losa técnica corona esta área y proporciona soporte para el equipo necesario. Otro volumen suelto en el nivel superior alberga el área íntima de la casa.
La estructura de mampostería de bloques de hormigón es aparente. Una losa masiva, retirada del límite lateral, soporta la residencia y permite la iluminación cenital. Esta luz no solo ilumina la casa, sino que también toca el nivel del suelo. En el nivel superior, los cierres delantero y trasero están compuestos por elementos huecos que descansan sobre una viga metálica, permitiendo el cierre del edificio y una entrada de iluminación y ventilación cruzada en su interior. La viga, en la parte posterior, se coloca debajo del nivel de la losa, desempeñando el papel de brise-soleil que protege del sol del noroeste. Delante del edificio, el sol del sureste dibuja las paredes con luces de colores filtradas por cobogós.